jueves, 21 de agosto de 2008

Regreso

He cambiado de trabajo. Me agrada, estoy más tranquilo. Tengo cierta angustia. No importa. Ayer en la noche vi a dos adolescentes besándose en Isidro Fabela y Gómez Farías. No sentí nada, quizá un poco de gusto. Eran delgados, tenían quince, catorce años. Mientras pasaban los autos ellos se besaban. No era una metáfora del amor, no sé, no mi importa. Era deseo, lo vi, lo vi alrededor de ellos. Hace mucho tiempo que no siento eso. La vieja serpiente agónica. ¿Qué hace falta? ¿Volver? Ahora platico mientras entro a la cabina, trato de escribir, pero platicamos, nos reímos un poco. Tengo que ir con Rafael para ver lo del Keyser. Me siento cansado, mucho. Parece que hoy no importa nada gran cosa. Sigo soñando con mi pierna mutilada, siento su ausencia, el cosquilleo de su ausencia y la sangre. La ansiedad de morderme los dedos. Ya entregué la tesis, me dio gusto, pero ahora tengo otras preocupaciones. No quiero hablar de ello. Escribir guiones, muchos. Por lo menos escribo todo el día. ¿He regresado?

No hay comentarios: