jueves, 1 de enero de 2009

el retorno fúnebre de los lejanos

Primer texto del año. sólo silencio. ya es hora de largarme a ensayar. El fin de semana bebí como un cerdo y me gustó, me gustó verme tirado en la calle, en la pila esperando el bus mientras un desconocido trataba de despertarme porque estar ahí era peligroso. Me gustó verme arrojado en los orinales de los burdeles, con la bragueta abierta, mientras intentaba escribir un mensaje impreciso a cualquier parte. Entonces este año se ha ido a la mierda como siempre se ha ido todo. el alcohol ha reinado por siempre estas ruinas y ha hecho de ellas su única y precisa estampa. Las mujeres me miran por la calle y hacen su mueca de asco. Les sonrió. No tienen nada que ver con la caída. Ahora estoy solo. Laiza está bien. Me ve con esos ojos enormes que parpadean entre las hierba. Ilumina. Hemos hablado, todo está bien, lejanos, pero certeros. No queremos dañarnos. Lo intentamos. la vida sigue su cauce normal. El desenfreno que surgue entre las bestias y me desproporciona. ahora tengo sueño. Mi hermano se ha fugado del centro de rehadaptación. está en casa contaminándolo todo. Hay personas a las que no quiero ver este año, que se han vuelto indeseables para mí. Tengo esa nueva sensación. La tarde es la espalda de Gabriela, fría y sin radas, escarcha de antiguas navidades.

1 comentario:

Fotógrafo dijo...

es grotesco el escenario del que mordemos pasto día a día...
un abra SO en espera de compartir unos alcoholes¡