lunes, 2 de febrero de 2009

Terrible

Sí, el esperado golpe de ella. Debía ser así. No había muchas posibilidades de nada. Recuerdo esta sensación, este hervir la vísceras, este ocre entre los labios y el miedo a la casa vacía, el temblor de la piel ante la casa oscura y solitaria al final de la calle. Las lágrimas al filo de las pestañas decoradas por el temblor de la noche. Esos besos no dados y los huesos que se desmorronan en un autismo de grava y pájaros. Creer. Me han dicho que nunca creo, que nunca propongo, que nunca nada. Había dejado de pensar lo peor, de ser un amargo, de creer que la vida es una gran mierda; lo había hecho equivocadamente. No tengo por qué ponerme así, eso es verdad, mucha personas me valoran por lo que soy ¿por qué a ella le cuesta tanto trabajo? Es verdad que no soy el hombre para ella, es verdad que mejor me largo y centro todo lo que tengo que dar en mis proyectos. Ya no pretendo compartir nada. No quiero. Una vez más regreso al ostracismo. Una vez más lucharé por mí, para mí. Me largo con el corazón hecho mierda una noche de febrero. Sin hombros con los que pueda llorar. Sin armas. Me siento terrible.

No hay comentarios: