jueves, 25 de septiembre de 2008

Afantasmado atípico

hay algo mal en mí; algo que no funciona, un mecanismo platinado que se ha chorreado. voy a destiempo, estoy agobiado, urgente. ¿Qué es lo que quiero? ¿Que es lo que mi cuerpo quiere? Tengo muchas cosas en que pensar, muchos resuellos que contar, que decir. mi cabeza ocupada en estupideces. aún así me lleva el diablo, me carcome una impaciencia no identificada, una amenaza turgente. Sólo tiemblo y el estómago da giros increíbles como acomodándose para aventarse a la nada. recuerdo el miedo de niño. el miedo a moverme, a patear, el miedo a la gente que me infectaba la lengua, el odio que nació del miedo, el odio contra todo, contra las mujeres a las que tanto trabajo me costaba hablar, a los demás, un odio terrible a los demás, a los que tenían novia, a los que jugaban mejor que yo, a los que se reían en las fiestas con tipas sonrojadas por el alcohol, latentes como flores de carne, aputables y comibles como el riñón de un cerdo. odié tanto y a tantos, le tuve miedo a tantas y a tantos que ahora hacer una lista ocuparía un importante cantidad de hojas. miedo invisiible, miedo a que mi cara pareciera una botija, a que mi voz fuera el grito de un simio, miedo, miedo, toda mi vida ha estado bautizada con miedo, con asco y miedo: mi estómago perforado sin sentido. los nervios de punta parecidos a alacranes en los huevos, mierda, mil veces mierda, mierda, mierda, mierda, me estoy muriendo de un viejo y conocido enemigo, me ha recordado, después de tantos años que soy un inepto, un ingenuo, un patético niño desnudo a mitad de la calle. cómo quisiera levantarme ahora, ir con gabriela y decirle todo, todo... tomarla... parece que mi cabeza va a reventar en un arcoiris de esperma viejo y frutas secas. Gabriela se ha convertido en un fantasma que me tortura las veinticuatro horas; un veneno que con sus espinas desbarata el sueño. estoy nervioso como la primera vez que besé a una tipa. tan nervioso como entonces; pero ahora no tengo tipa y no estoy a punto de dar un beso, no. Ahora estoy así por rutina, por asco. quiero calmarme un poco, un leve aroma a tierra mojada acaba de entrar por la ventana. Siento que esta vez no saldré. Me hundo inevitablemente. No sé que pasa.

No hay comentarios: